Una buena calidad del aire interior en fundamental para la salud humana.
Instituciones como el Parlamento Europeo y la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyen en base a investigaciones científicas y médicas que la calidad del aire interior es fundamental para la salud humana.
Además de las recomendaciones de estas Instituciones y de las Normativas locales, que establecen límites y estrategias para el control de la calidad del aire interior, estándares de certificación de edificios como WELL, LEED, BREEAM y DGNB o RESET incorporan la calidad del aire a sus protocolos.
La medición de hasta 6 parámetros, en función del edificio, y su mantenimiento dentro de los niveles adecuados es básico para el mantenimiento de la salud y el bienestar de los ocupantes de los edificios.
Estos parámetros son,
- Particulate Matter (PM2.5)
- Total Volatile Organic Compounds (TVOC)
- Dióxido de carbono (CO2)
- Temperatura
- Humedad relativa
- Monóxido de carbono (CO).- En locales con equipos de combustión.
Para conseguir un ambiente interior saludable es recomendable realizar estas acciones,
Mejorar la ventilación de aire exterior.
Es necesario conseguir una mejor calidad del aire interior, a través de la ventilación, sin comprometer la eficiencia energética.
No es razonable instalar una ventilación que funcione 24 horas al día renovando el 100% del aire.
Es necesario utilizar sensores y controles, que adapten la ventilación a la demanda, según los niveles de contaminantes. Por ejemplo, el CO2 es un indicador de la presencia humana en espacios cerrados. Si la concentración de CO2 aumenta, el sistema de control actuará sobre la ventilación aumentando el caudal de aire fresco con el fin de mejorar la calidad del aire.
De esta forma, es posible mantener la eficiencia energética y, al mismo tiempo, seguir las recomendaciones o regulaciones para conseguir un aire interior más saludable.
Mejorar el nivel de filtración.
La utilización de filtros de es necesario para evitar la entrada de partículas u contaminantes junto con el aire fresco del sistema de ventilación. Pero, si no se supervisa el grado de contaminación de los filtros mediante transmisores de presión diferencial, comprometeremos el caudal de aire de renovación y su calidad.
Para garantizar la calidad del aire fresco, usaremos de transmisores de presión diferencial para la supervisión de los filtros. El sistema de control actuará sobre los ventiladores para mantener el caudal y nos avisará cuando sea necesario realizar un mantenimiento de filtros.
Utilizar radiación ultravioleta para eliminar gérmenes de los conductos.
Se ha demostrado que la radiación ultravioleta limpia superficies donde pueden anidar las partículas, virus o microorganismos y purifica el aire. El uso de esta tecnología se puede optimizar mediante el uso de los sensores de concentración de partículas. Si el sistema detecta partículas por encima de determinado nivel, el BMS podría alertar e iniciar un proceso de desinfección.
Mantener la temperatura y la humedad en un nivel óptimo.
Aunque se trata de los 2 parámetros que normalmente están más controlados y monitorizados en un edificio, no hay que infravalorar su importancia en el mantenimiento, no solo de los niveles de confort, sino en la calidad del aire interior.
Mantener la humedad ambiental relativa y la temperatura en niveles adecuados es muy importante para, entre otras cosas, proteger el sistema inmunitario.
La medición de estos parámetros y su control a través del BMS permiten mantener de forma eficiente sus niveles de los intervalos de consigna.
En Efizy podemos ayudarle a mantener la calidad del aire interior. Integrando los distintos sensores necesarios con el sistema de control y las instalaciones de ventilación y climatización.
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Tanto si planea renovar el sistema de control de un edificio antiguo o implantar uno completamente nuevo, no dude en consultarnos para ayudarle a encontrar la mejor solución de control.